miércoles, 25 de marzo de 2015

CONTROL DE PRECIOS EN VENEZUELA



Fabián David Patiño Rosero

Cuando el estado toma la decisión de introducir un precio máximo sobre un producto, la oferta se reciente puesto que hace menos atractiva su producción, así que los capitalistas preferirán invertir sus recursos en otro sector donde los precios no obedezcan a elementos artificiales sino al libre juego de la oferta y la demanda.
Muchas personas que no son expertas en la materia económica, ven con alegría las medidas de control de precios, ya que creen que es una forma de sincerar los precios y castigar y vengarse de los empresarios “malévolos”. 
 
El principal efecto de los controles de precios es que estos obligan a mantener un precio bajo entre la oferta y demanda que no es de equilibrio y al crear esta situación de un precio irreal en el mercado, la demanda de los bienes crece hasta un punto en el cual la oferta no puede satisfacerla, dando lugar a escasez de los productos cuyo precio se pretende controlar. 

En Venezuela los controles de precios son un fracaso y como evidencia se tienen las mediciones que realiza el Banco Central de Venezuela (BCV), donde se reportan aumentos de precios en bienes que están regulados y, por ende, no deberían demostrar crecimiento en sus precios. De hecho en muchas cadenas de supermercados, e inclusive la popular Mercal, se presenta la “invisibilidad” en los anaqueles de productos regulados ocasionando escasez. 
 
Otra consecuencia de los controles de precios y su falta de respeto es que los conocidos vendedores informales comercializan muchos bienes que están regulados por el Estado y que son de primera necesidad, pero son vendidos muy por encima de su precio “regulado”. El mismo Nicolás Maduro en días pasados prometió controlar 100% de todos los bienes y servicios de la economía, instaurando un margen de ganancia de entre 15% a 30%. Es difícil que logre esto si con tan solo el puñado de bienes de higiene y bebidas no alcohólicas que están regulados y son responsabilidad de ser monitoreados por la Sundecop no logran que se respete el control de precios y, a su vez, la disponibilidad suficiente para el mercado nacional, difícilmente se podría uno imaginar que tendrán éxito en controlar 100% de los bienes y servicios. 

Se ha creado tal nivel de incertidumbre que el sector empresarial esta temeroso del futuro, ya que el estado puede ir contra cualquier sector industrial que les apetezca y todo esto con la finalidad de seguir manteniéndose en el poder a como dé lugar y no aceptar que, lamentablemente, el modelo que se quiso implantar es un gran fracaso.

Los controles de precios y salarios por parte del estado venezolano  es exclusivamente un intento de los políticos de culpar de la inflación a los empresarios, en lugar de echársela a sus propias políticas monetarias fallidas.


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